lunes, 31 de octubre de 2016

ARS POÉTICA: análisis métrico y rítmico en dos poemas de 'Tempus Fugit'



Sobre la poesía y Tempus fugit

Decía el escultor y poeta Oteyza que la poesía viene de dentro, es parte de nuestra alma y como tal debe respetarse, y sentir un profundo respeto por aquellos que, atendiendo a dicha vertiente de la literatura, se enfrentan con sincero respeto a ella, adentrándose, sin frivolizaciones y con el corazón abierto, en los terrenos de Erato ―musa de la lírica―. Pero la poesía lírica también tiene algo de las destrezas de Euterpe ―musa de la música―; pues en especial, con el verso libre, es en el ritmo donde el artista debería poner extrema atención para componer su partitura poética y hacer de ella algo hermoso, no ya solo por la evocación de imágenes, sino por la cadencia de su lectura que acaba llegando al oído. 

Postulado en aquellas premisas, con mejores o peores resultados, pues el ejercicio de la poesía siempre es un eterno aprendizaje hasta el final de nuestras vidas, o hasta que se seca nuestra cisterna de imágenes ―que lo mismo da― se viene aquí a exponer y diseccionar métricamente y rítmicamente dos poemas que forman parte de la nueva colección que acabo de publicar bajo el rubro de Tempus fugit: obra donde el tiempo cobra especial protagonismo como bien se deja presuponer. Sin entrar ahora en un comentario estilístico, pues no es el motivo de esta entrada, al menos cabe reseñar que en Tempus fugit he buscado la individualidad creadora, plasmando bajo el influjo de los meses otoñales e invernales una obra por la que transitan influencias estéticas a medio camino entre un lirismo impresionista y decadente, y una hondura intimista con aroma a saudade.

Portada de la obra
Analisis métrico y rítmico: poemas nº XII y XVIII

El primer poema se compone principalmente de versos impares eneasílabos, pues siguiendo aquella premisa que dictara el fauno liróforo Pablo Verlaine «prefiere ante todo la música/ y por lo mismo el verso impar». Así pues si el verso impar es enasílabo su música, o ritmo, lo lleva un compas de acentuación fija, establecido en la cuarta y octava sílabas. También hay un verso endecasílabo sáfico (nº 15) que actúa como una suerte de extensión del eneasílabo por su acentuación en cuarta, octava y décima. Con respecto al resto de versos ―pentasílabos y exasílabos― su construcción responde más bien a un recurso enfático o introductorio, y por ello el acento de estos no resulta importante en ellos (versos 1º, 6º y 21º).

Nº XII

01. Se/ cue/lan/ las/ som/bras (exasílabo. Acento fijo versal)
02. por/ las/ ren/di/jas/ de/ los/ sue/ños, (eneasílabo. Acento fijo en cuarta)
03. por/ las/ fi/su/ras/ de/ la/ vi/da, (Ídem)
04. por/ las/ pa/la/bras/ fu/gi/ti/vas (Id.)
05. y/ las/ cuar/ti/llas/ cen/su/ra/das. (Id.)

06. Ex/tra/ñas, len/tas... (pentasílabo. Acento fijo versal) (ritmo yámbico)

07. co/mo el/ tic-/tac/ que/ mar/ca el/ Tiem/po (eneasílabo. Acento rítmico en cuarta)
08. en/ las/ de/rro/tas/ de/ los/ hé/ro/es, (Id., 10-1)
09. co/mo un/ ve/ne/no im/per/cep/ti/ble, (Id.)
10. o/ la/ con/ju/ra/ de/li/ran/te (Id.)
11. an/te el/ a/bis/mo/ de u/na es/tir/pe. (Id.)

12. En/ los/ in/som/nios/ de/ la in/sa/nia, (Id.)
13. tras/ las/ au/top/sias/ del/ psi/quia/tra, (Id.)
14. en/ las/ ti/nie/blas/ del/ re/cuer/do, (Id.)
15. y en/ las/ e/xe/quías/ por/ la e/dad/ per/di/da. (endecasílabo sáfico. Acentos rítmicos en cuarta y octava)

16. Am/bi/guas,/ tré/mu/las/ y/ mu/das, (eneasílabo. Acento rítmico en cuarta)
17. co/mo el/ man/tón/ de/ la/ ti/nie/bla (Id.)
18. o/ los/ la/ti/dos/ de/ la/ muer/te, (Id.)
19. co/mo/ la/ ra/bia/ con/te/ni/da (Id.)
20. o/ la/ trai/ción/ de al/gún/ se/cre/to... (Id.)

21. se/ cue/lan/ las/ som/bras. (exasílabo. Acento fijo versal)

* * *
El siguiente poema ―nº XVIII de la obra―, aún siendo verso libre, está íntimamente ligado a la silva libre impar. Es decir, hay predominancia de versos impares con algún par suelto. Atendiendo a su rima he mantenido una sutil asonancia al final de cada estrofa (o-o) ―salvo en el verso nº5 cuya rima o-o se justifica para adelantar el efecto sonoro de la asonancia en el final de la primera estrofa―; por tanto, mediante el proceso de lectura el oído podrá captar esa musicalidad de la rima dispersa sin, quizá, ser consciente de ello a primera vista. «Adonde no llegan las palabras con sus significados, van las ondas de sus músicas» escribía Valle-Inclán.

Atendiendo al ritmo tampoco he querido dejar que el poema fuera totalmente polirrítmico, para ello, en los casos de versos endecasílabos he mantenido el acento rítmico en sexta ―salvo los nº 22 y nº 24 donde he construido dos endecasílabos dactílicos acentuados en cuarta y séptima sílabas para cambiar el ritmo―. En los eneasílabos su acento rítmico se ha fijado en cuarta y en los heptasílabos tan solo he contado su acento fijo versal (el último del verso) que combina en posición con el rítmico de los endecasílabos. En el caso de los alejandrinos ―compuestos por dos hemistiquios de siete sílabas―, el verso nº 6 tiene su primer hemistiquio terminado en aguda sumando así uno, de la misma forma el nº10 terminan los dos en aguda para reforzar la sonoridad interna del propio verso. Con respecto a los versos tetrasílabos y pentasílabos también funcionan con su acento fijo versal sumado al énfasis que es el que da sentido y justifica, en su cortedad, la utilización de dichos versos como recurso estilístico. Por último hay gran cantidad de palabras con acento prosódico agudo que sirve para enfatizar la lectura.

En total el poema en verso libre se construye a partir de 3 alejandrinos; 14 endecasílabos; 4 eneasílabos; 4 heptasílabos; 2 pentasílabos y 2 tetrasílabos. 

Nº XVIII

01. Fue en/ As/tu/rias, (tetrasílabo. Acento fijo versal)
02. a/llí,/ de/ pie, (pentasílabo 4+1. Acento fijo versal) (ritmo yámbico en agudas enfatiza el verso)
03. des/pués/ de/ re/co/rrer/ —pa/ra_al/can/zar/la—, (endecasílabo. Acento rítmico en sexta)
04. los/ an/gos/tos/ ca/mi/nos (heptasílabo. Acento fijo versal)
05. de/ ca/biz/ba/jos/ he/lio/tro/pos, (eneasílabo. Acento rítmico en cuarta)
06. don/de_en/ sus/ cum/bres/ vi/ des/fi/lar/ hues/tes/ blan/cas, (alejandrino 6+1 y 7. Acentos rítmicos sexta y decimotercera )
07. y/ len/ta/men/te/, sin/ fan/fa/rrias, (eneasílabo. Acento fijo rítmico en sexta)
08. des/cen/der/ has/ta un/ Se/lla_es/tre/pi/to/so. (endecasílabo. Acento rítmico en sexta)

09. Don/de es/cu/ché el/ au/lli/do/ de/ las/ gai/tas (endecasílabo. Acento rítmico en sexta)
10. e in/ten/té/ com/pren/der/ las/ vo/ces/ del/ do/lor, (Alejandrino 6+1 y 6+1. Acentos en aguda) (Este verso tiene rima aguda interna que enfatiza el primer hemistiquio)
11. al discreto bullir de las cascadas (endecasílabo. Acento rítmico en sexta)
12. des/ci/frar/ los/ por/qués/ de/ las/ ca/í/das, (Id.)
13. y al/ re/pi/car/ de un/ es/qui/lón (eneasílabo 8+1. Acento rítmico en cuarta)[1]
14. —en/tre/ ne/bli/nas/ gla/se/a/do— (eneasílabo. Acento rítmico en cuarta)
15. e/le/var/ mi/ ple/ga/ria/ por/ un/ dios/ si/len/cio/so. (alejandrino. Acentos fijos versales en sexta y decimotercera)

16. A/llí/ pro/bé/ sus/ rús/ti/cos/ man/ja/res (endecasílabo. Acento enfático y rítmico en sexta)
17. de/ lí/vi/dos/ ma/ti/ces, (heptasílabo. Acento fijo versal)
18. y es/can/cié, en/ un/ va/so/ sin/ fon/do, (eneasílabo. Acento rítmico en cuarta)[2]
19. a/quel/ vi/vo e/li/xir/ de/ pe/ri/do/tos. (endecasílabo. Acento rítmico en sexta)

20. Des/cu/brí... (trisílabo 3+1. Acento fijo versal)
21. Las/ li/te/ra/rias/ ca/lles/ de/ Ve/tus/ta (endecasílabo. Acento rítmico en sexta)
22. ba/jo/ sus/ mil/ can/de/la/bros/ noc/tur/nos, (endecasílabo dactílico. Acentos rítmicos en cuarta y séptima)
23. y un/ ca/fé/ com/par/ti/do (heptasílabo. Acento fijo versal)
24. tren/zó/ los/ dul/ces/ en/sa/yos/ del/ go/zo. (endecasílabo dactílico. Acentos rítmicos en cuarta y séptima)

25. Re/cuer/do/ có/mo/ pla/yas/ de/ to/pa/cio (endecasílabo. Acento rítmico en sexta)
26. ce/ñí/an/ la/ son/ri/sa/ del/ o//a/no, (endecasílabo 12-1. Acento rítmico en sexta)
27. y/ lí/ri/cos/ al/ba/tros/ bus/ca/ban/ su/ co/bi/jo (alejandrino. Acentos rítmicos en sexta y decimotercera)
28. en/ los/ fa/ros/ si/len/tes/ y/ re/mo/tos. (endecasílabo. Acento rítmico en sexta)

29. Fue en/ As/tu/rias, (tetrasílabo. Acento rítmico versal)
30. a/llí/, per/di/do, (pentasílabo. Acento rítmico versal)
31. don/de a/tis/bé —em/pa/pa/do/ del/ si/len/cio—, (endecasílabo. Acento rítmico en sexta)
32. a/ mis/ úl/ti/mos/ á/to/mos/ de has/ti/o (Id.)
33. con/su/mir/se en/ un/ hon/do/ cre/ma/to/rio. (Id.)

Los poemas

Una vez concluido el análisis expongo los poemas, tal cual, para que el lector pueda leerlos sin dificultad, ponderando él mismo si todo lo anterior consignado le ha servido para captar lo que, con mayor o menor suerte por mi parte, se ha intentado transmitir. 

Nº XII

Se cuelan las sombras
por las rendijas de los sueños,
por las fisuras de la vida,
por las palabras fugitivas
y las cuartillas censuradas.

Extrañas, lentas...

como el tic-tac que marca el Tiempo
en las derrotas de los héroes,
como un veneno imperceptible,
o la conjura delirante
ante el abismo de una estirpe.

En los insomnios de la insania,
tras las autopsias del psiquiatra,
en las tinieblas del recuerdo,
y en las exequias por la edad perdida.

Ambiguas, trémulas y mudas,
como el mantón de la tiniebla
o los latidos de la muerte,
como la rabia contenida
o la traición de algún secreto...

se cuelan las sombras.

* * *

Nº XVIII

Fue Asturias,
allí, de pie,
después de recorrer —para alcanzarla—,
los angostos caminos
de cabizbajos heliotropos,
donde en sus cumbres vi desfilar huestes blancas,
y lentamente, sin fanfarrias,
descender hasta un Sella estrepitoso.

Donde escuché el aullido de las gaitas
e intenté comprender las voces del dolor,
al discreto bullir de las cascadas
descifrar los porqués de las caídas,
y al repicar de un esquilón
—entre neblinas glaseado—
elevar mi plegaria por un dios silencioso.

Allí probé sus rústicos manjares
de lívidos matices,
y escancié, en un vaso sin fondo,
aquel vivo elixir de peridotos.

Descubrí...
las literarias calles de Vetusta
bajo sus mil candelabros nocturnos,
y un café compartido
trenzó los dulces ensayos del gozo.

Recuerdo cómo playas de topacio
ceñían la sonrisa del océano,
y líricos albatros buscaban su cobijo
en los faros silentes y remotos.

Fue en Asturias,
allí, perdido,
donde atisbé —empapado del silencio—,
a mis últimos átomos de hastío
consumirse en un hondo crematorio.


[1] En este caso el acento en cuarta tiene una sílaba tónica adyacente antirrítmica, la cual en su lectura rompe o suaviza el efecto del acento rítmico fijo.  
[2] Al igual que en el anterior eneasílabo―pero con más razón― los acentos antirrítmicos que flanquean el artículo indeterminado “un” provocan que se matice la acentuación de su acento. Por ello mismo podría el lector poner el énfasis del ritmo en la tercera y quinta sílabas cambiando así el efecto melódico del verso.